sábado, 16 de marzo de 2013

171. En busca de Laurisilva en Cataluña.


(Vitrinas del Museo Geológico del Seminario Conciliar de Barcelona)
Porque estuvieron.
Primero vimos sus muestras fosilizadas, celosamente guardadas en las vitrinas del Museo Geológico del Seminario Conciliar de Barcelona, amablemente mostradas por el Padre SebastiánCalzada, actual Director, y sus compañeros y que merece más de una visita para conocer todos sus tesoros.

Fueron hojas de Laurus, Persea, Myrica, Ilex…, plasmadas en margas y areniscas pliocénicas recolectadas en numerosos yacimientos paleontológicos, muchos de ellos cercanos a la actual Barcelona.
(Vitrinas del Museo Geológico del Seminario Conciliar de Barcelona)

Y después en la recolecta bibliográfica se muestran en estos sugerentes textos de otro director del Museo, el Padre Almera  en 1894. Que, además se permite una ilustración alegórica de aquel vergel vegetal, ubicado aquí en los bordes marítimos y fluviales del entorno del antiguo Llobregat, desde las faldas de la actual Collserolla.

Contribuía á dar variedad al pliocénico panorama de esta costa, tan caprichosamente festoneada, por una parte la isla miocénica de Montjuich, que cual arrogante atalaya se alzaba en medio del mar á unos 2 kilómetros hacia el SE. de la costa, y por otra la exuberante y tropical vegetación forestal, que vestía de verde continuamente la cumbre y vertientes así de la isla como de los montes circunvecinos.
 Todo esto comunicaba a la comarca, por lo que mira á la topografía una configuración parecida á la que presenta la de Cette (Francia) actualmente, y por lo que respecta á la vegetación, una fisonomía análoga, como diremos, á la que ofrecen en la actualidad las islas Canarias, Madera y Azores, acusando lo mismo que la fauna un clima más benigno que el actual y tan favorable al desenvolvimiento de la vida, como lo es el de aquellas floridas islas en medio del Atlántico esparcidas.
“No se veía, como en la actualidad, en primera línea el desgreñado Pino silvestre con su cortejo de .arbustos y coscojas propios de terrenos secos y de climas menos suaves, sino el esbelto Plátano, el risueño Aliso, el frondoso Arce, el inquieto y plateado Álamo, el verde Laurel con sus afines, y otros y otros que con su frondosidad, y gracias á la poca desigualdad del clima en las estaciones, hacían de estos contornos una morada gratísima á la vida animal en todas las épocas del año, comparable sólo con la que se disfruta actualmente en las islas Canarias y Madera, ó en las regiones de Oriente.

(Jaime Almera, 1894. Pliocénico del llano de Barcelona, pg. 309- 310)”

Ahora nos queda -a lo mejor con la ayuda  de mis nuevos Amics del Museu-  ir als  camps catalá a buscarla….


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